Hoy revisando mis archivos de fotos descubrí de nuevo este estudio que hice para Andrea Rincón, y quise experimentar un poco con estas fotografías que tienen muchos defectos de calidad, sobre todo cuando se comparan con las fotos que toman las cámaras de hoy en día. Para disimular la calidad agregué algo de grano, y luego enfoque (smart sharpen). Todas estaban en blanco y negro, pero a último minuto decidí aplicarles color con un filtro llamado gradient map (supongo que en español es mapa de degradado).
La cámara con la que tomé estas fotos fue una Konica Minolta Dimage A2, con lente fijo de 28-200mm f2.3-3.5, no tan mala en su época pero si con muchas limitaciones. El principal defecto era que ya en ISO 400 las fotos presentaban grano y pixeles extraños, por ende, en ambientes con poca luz las imágenes salía defectuosas.
La agencia que manejaba la página web de Andrea Rincón en ese entonces, estaba buscando un nuevo fotógrafo para la modelo. Una amiga que trabajaba allí me contactó para aplicar al trabajo y me progamó una fecha para el estudio de fotos.
Las condiciones del estudio fueron un poco complejas, pues la zona donde se hicieron era pública y llamábamos mucho la atención, además parte de las fotos se hicieron dentro de un auto, con muy poca luz y mucho calor. Andrea de hecho se comenzó a quejar porque el calor la hacía sudar y le estaba afectando el maquillaje.
No tuve que dirigir mucho a la modelo, ella con mucha experiencia, y tal vez por rutina, sabía exactamente cómo quedar en las fotografías, así que yo solo me preocupaba por el encuadre y composición, aunque durante el estudio ya estaba sospechando que la poca luz iba a afectar mi trabajo.
El estudio fue interrumpido por unos admiradores de Andrea, lo que provocó algo de nerviosismo en la modelo y en el equipo de trabajo. Prácticamente nos hizo acelerar todo y terminar cuanto antes porque ya estábamos llamando mucho la atención.
Tuve muchas expectativas con este proyecto, pero lamentablemente por mi terquedad de no usar el flash, las fotos dentro del vehículo casi que se perdieron todas, o al menos no quedaron de muy buena calidad, y el resto de fotografías, aunque mejores, quedaron con defectos.
Las fotos retocadas las entregué a la agencia, pero nunca recibí una llamada anunciando la aprobación del material y la selección para el trabajo. En cierta forma tomé la experiencia como parte del aprendizaje y estos errores me ayudaron en otros trabajos posteriores.
Sin embargo, meses después del foto estudio me di cuenta que mis fotos si fueron publicadas en el sitio web de Andrea Rincón, situación que me pareció deshonesta porque a mi parecer, la publicación de las fotos fue una aceptación de mi trabajo. Por pasivo y tal vez inmaduro, nunca reclamé a la agencia ni quise tomar medidas legales al respecto, sentí que era complicarme la vida.
Muchas agencias hoy en día se aprovechan de fotógrafos que están iniciando para realizar estudios con la promesa de ganarse un trabajo. Y como hay tanto fotógrafo buscando oportunidades estas agencias pueden darse el lujo de rechazar aplicaciones y utilizar el material producido por los candidatos al puesto. Supongo que por ello la fotografía profesional va en decadencia y los estándares de la estética van poco a poco bajando de calidad hasta el punto en que el público o consumidor de estas imágenes no busca un concepto detrás de las fotos, simplemente la belleza de la imagen, o más bien de la modelo.