Con la popularidad de las cámaras digitales y equipos fotográficos de bajo presupuesto, la estética y profundidad de las fotografías se han degradado considerablemente. Más aún, con las redes sociales, teléfonos celulares y aplicaciones como Instagram, el concepto de fotografía ha ido variando poco a poco, enfocándose más en lo efímero e inmediato que en el fondo, calidad y trascendencia de la misma.
No me excluyo de esta tendencia. Muchas de las fotos que tomo a diario son con mi celular, y por lo general son inmediatas. Usualmente tomo unas cuantas hasta estar satisfecho con la composición y luego las proceso en el celular para compartirlas sólamente en redes sociales. No son fotografías que trascienden con el tiempo, y dudo que la gente que consume estas fotos las recuerden después de verlas.
Sin embargo, cuando realizo estudios fotográficos, mi intención es siempre capturar la esencia de la persona que estoy retratando, independientemente de la estética convencional, así como intentar que las fotografías impacten, trasciendan, al menos en la memoria de unos pocos.
Las fotos que comparto a continuación buscan capturar la sensualidad de una mujer hermosa, que probablemente se ve opacada en la cotidianidad por otras mujeres que cumplen con los estereotipos de belleza actuales fijados por los medios de comunicación y la publicidad.
El equipo de iluminación que utilicé en este estudio fue improvisado, consistía de una lámpara de 500 vatios como luz principal y otra lámpara direccional de 50 vatios como luz auxiliar, principalmente para iluminar partes específicas del cuerpo, sobre todo desde atrás para resaltar la modelo del fondo y dar algo de volumen.
Para suavizar la iluminación y evitar altos contrastes usé un difusor para la luz principal, que bien puede ser una tela blanca delgada o papel pergamino. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que las lámparas emiten bastante calor, así que puede quemar el papel o la tela si estos están muy cerca de la bombilla.
La exploración de poses, ángulos de cámara y configuración de iluminación son cruciales. El fotógrafo debe tomarse el tiempo de verificar constantemente que la iluminación y exposición sea la apropiada, y a su vez dirigir al sujeto para sugerir poses que le favorezcan, o simplemente para capturar su personalidad, así la pose no siga los parámetros de una fotografía “bonita”.
El detalle y las texturas son importantísimas, una foto manipulada sin texturas no refleja la realidad. El retoque de fotografías es válido de forma controlada, detalles antiestéticos como imperfecciones de piel o arrugas se pueden disimular con efectos de clonado en capas con transparencia, pero cuando estos se eliminan completamente la fotografía pierde credibilidad.
No es necesario tener equipo sofisticado de fotografía para lograr buenos resultados, lo importante es experimentar, aprender de los errores y mantenerse en constante aprendizaje.